Solo el 41% de los alumnos gitanos terminan la ESO
Buenas tardes, bienvenidos de nuevo a mi blog. Hoy vengo a hablar sobre una injusticia social.
Seis de cada diez niños gitanos no terminan la educación obligatoria. Unas cifras que alarmarían a cualquier gobierno si hablasen sobre la población general, pero que al darse en esta minoría étnica parece estar normalizado. Las explicaciones que dan para intentar justificar esta brecha responsabilizan a la tradición e identitarismo de las familias romaníes. Sin embargo, los expertos advierten de que no se puede entender esta discriminación sin considerar la pobreza y exclusión en la que crecen muchos de estos menores.
La Unesco reconoce que las personas que tienen menor nivel educativo normalmente son más pobres, tienen peores niveles de salud, más desempleo y peores empleos, y sus hijos tienen menos posibilidades de progresar socialmente. Esta secuencia genera una dinámica de empobrecimiento que se hereda de generación en generación, y así ocurre con el colectivo gitano.
Estos niños, aparte de tener un entorno social que en muchas ocasiones no incentiva su educación, bien por desinterés o por falta de medios materiales y culturales; pasan menos tiempo en el circuito escolar, según el último informe de la Fundación Secretariado Gitano. En concreto, el 51% empiezan la Educación Infantil a los cinco años, mientras que el resto de la población a esa edad ya está escolarizado casi 80%.
Este desfase se mantiene durante toda su vida escolar. Cuando empiezan la Primaria, su perspectiva es pasar como mucho 12 años recibiendo clases, frente al conjunto de la sociedad para la cual la expectativa es de casi 19.
Ya cuando están en 3º de Primaria, curso en el que los niños tienen ocho años, hay una cuarta parte de los alumnos gitanos que tienen nueve. Es decir, han repetido al menos una vez. Mientras que en 5º la cifra de repetidores entre los estudiantes romaníes sube hasta casi el 50%.
Esto se arrastra y lo que ocurre es que, como describe el informe de la fundación, los niños y las niñas gitanas llegan a 2º de la ESO con 16 años o más en un estado de desmotivación y hastío notable. A partir de esa edad, su presencia cae en picado. De hecho, solo el 41% logran terminar este nivel.
¿Cómo podemos construir una sociedad de iguales cuando en los primeros años de las vidas de las personas tiene lugar esta desigualdad?, se preguntan desde el Secretariado Gitano. La organización recuerda que uno de los principios básicos de la nueva ley de educación, la LOMLOE, es el principio de equidad y critica que no se esté cumpliendo. De hecho, tal y como señala el informe, "la situación ha empeorado a lo largo de los últimos 10 años".
Un ejemplo de ello es la tasa de abandono educativo temprano (de los 18 a los 24 años). Según el último Informe PISA, ésta se ha reducido al 13%. En cambio, entre el colectivo gitano aumenta y hasta el 86% no estudia en esas etapas.
Está situación es algo que no debería pasar en pleno 2024 y todos tenemos que hacer algo por cambiarlo. Nosotros como educadores sociales tenemos que aportar nuestra ayuda para que estás injusticias sociales no sigan ocurriendo.
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